miércoles, 24 de junio de 2009

Probando a Los Tribunales Superiores de Justicia del D.F.


Y bueno compañeros, recientemente comente de mi aventurita con la Secretaría de Gobernación, si respondieron es la verdad, los diferentes oficios mandados precisamente al Subprocurador de Justicia de mi localidad surtieron el efecto indicado, estoy solo expectante del tiempo marcado como tope para ya tener mi documentación en regla y ahora si librarme de esta pesadilla para siempre.

Ahora viene otro asuntito que ya me estoy comiendo prácticamente: poner a prueba ahora la justicia del D.F., nada menos que de los Tribunales Superiores de Justicia.

Comencé una verdadera batalla legal contra mi ex pareja, pensión alimenticia ni más ni menos; la había venido posponiendo ya estaba todo listo, pero casi siempre ya sea por falta de recursos, o por falta de voluntad de algún abogado que consulté y que me botó el juicio o por angas o mangas el proceso no avanzaba; ahora ya vamos nuevamente a la carga, el primer procedimiento que se gano en primera instancia fue incumplido por mi ex, ahora viene la 2da parte de este entramado que francamente me da una flojera tremenda, ya que siempre como mujer de lucha y de trabajo constante me había sido absolutamente innecesaria el “apoyo” de mi ex para sacar adelante a mis dos retoños.

Años de absoluta bonanza económica fueron la constante en mi vida, me sentía absolutamente triunfadora tanto intelectual como económicamente, todo les pude brindar, pero vino mi debacle financiera y todos mis sueños y esperanzas pues se vinieron abajo.

La decisión de interponer la demanda por pensión alimenticia me tomo mucho tiempo de llevar a cabo, francamente me negaba a iniciar una batalla legal contra el hombre que en un tiempo por supuesto más amé, y que por supuesto también influyo completamente incluso en mi manera de ver la vida tan triunfadoramente como el la veía, me contagio su ganas de salir adelante y también su potencial tremendamente empresarial, había aprendido muchísimo de él en su tiempo, y era un trago amargo que no quería tomarme, al fin mujer de principios e ideales, dónde me veía incluso como una oportunista me desanimaba completamente. No quería verme beneficiada de sus grandes logros económicos, ¿Para qué? Pensaba…

Pero olvidaba que había dos pequeñas que eran fruto de ese enlace que no tenían la culpa de nuestros desencuentros y que ahora le necesitaban.

Debo también admitir que él no es precisamente una persona completamente responsable, viviendo a la gran velocidad que su exagerado poder adquisitivo le ha brindado, viajando constantemente al extranjero atendiendo sus constantes negocios, un dia en Hong Kong, otro dia en Italia, otro día en Berlín, otro tanto en Nueva York, pero jamás un solo dia para estar con nuestras hijas. El llamarle al cell con roaming automático a cualquier parte del mundo y saber que mí llamada le estaba entrando en ese momento en los Ángeles pero jamás a su corazón de padre, durante mucho tiempo me había causado muchísimo dolor y también mucha decepción.

¿En que momento un hombre triunfador con unas habilidades de hombre de negocios tan portentosas se había olvidado de nosotras? ¿Por qué cuando más le necesitaba estaba lejos? ¿Por qué? ¿Por qué pasé de la admiración más absoluta, a un estado de desconcierto y confusión pero mayormente de profunda decepción?

Un querido amigo me dice que el dinero cambia a las personas, las marea las convierte en entes insensibles y egoístas. Me parece que no se ha equivocado.

No hay comentarios: