sábado, 4 de abril de 2009

Benjamin Buttom, deudas y crisis existenciales


Benjamin Buttom, deudas y crisis existenciales.


Ya de madrugada después de un dia ajetreado y lleno de emociones, mi familia unida al fin completamente después de algún tiempo de encontrarnos separados y bueno con la situación de las deudas encima que ya las llevo de forma muy relajada francamente.

No sé si será que ya están próximas las elecciones y pues bancos lo que menos desean es causar posiblemente algún desorden social, si es que arreciarán con lo que ellos les llaman la gran manufactura de demandas o la “fabrica de demandas”.

La situación es que de cualquier forma si se ha recrudecido el índice de juicios jurídicos en contra de deudores en un 30 % ó 40%, debido básicamente a la crisis financiera internacional. Los jueces no se dan abasto y es lamentable de cierta manera ya que me imagino que la mayoría de casos de índice mercantil o demandas mercantiles radican mayoritariamente sobre asuntos hipotecarios y autofinanciamientos.

El índice de desempleo también se ha incrementado en grado sustantivo y es francamente triste que la gente tenga que incumplir por situaciones ajenas a ellas mismas, sé que el cumplir es la preponderante entre deudores de buena fe ya que no me imagino que se sientan a gusto debiendo y a la vez perdiendo lo único que tal vez posean.

¿Pero que carajos tiene que ver Benjamin Buttón en todo esto?

Bueno es una linda película que vi está madrugada de sábado 4 de abril, dónde la realidad de toda la película se basa en el eterno conflicto del ser humano en conservarse joven, es una especie de deseo interno y de anhelo existencial el encontrar la manera o encontrar la formula perfecta para hacerse eternamente joven o por lo menos detener los efectos del tiempo lo más posible.

Obvio está que la película no enfatiza esa cuestión, pero si se sobreentiende al presentarnos la hermosa proposición de no envejecer si no al contrario rejuvenecer, contraponiendo por supuesto con esta teoría todos los principios de la naturaleza y de la ciencia misma; pero enmarcado en una verdadera y hermosa historia de amor.

Ahora bien, ¿A quien no le gustaría ser Benjamín Button tan solo un momento? ¿El saberse de 60 años y verse en el espejo y ver la imagen reflejada de un chico de 20?
Por supuesto que la gran mayoría de nosotros quisiera ver esos deseos cristalizados en algún momento y tal vez con ello desandar el camino y corregir los errores cometidos, por ejemplo en esta problemática que nos aqueja y que la información que ahora poseemos y que nos hace tranquilizarnos la hubiéramos sabido antes de cometer errores graves en detrimento de nuestra economía o de incluso nuestra psique emocional!Que hubieramos dado de haber regresado en el tiempo no solo un año si no tal vez toda una decada para reinventarnos con toda esa gran información que nos hubiera hecho más fuertes en el momento más grave o incluso haber evitado esa gran catastrofe en la que desafortunadamente caimos!




Pero como el hubiera no existe y aún más, nadie hasta ahora a logrado descifrar los grandes enigmas de la vida misma y el tiempo no retrocede, al contrario sigue su camino inexorablemente. Sólo nos resta sumar a nuestras vidas esas grandes experiencias y acumularlas para en algún momento externarlas o trasmitirlas a generaciones más jóvenes que seguro y con todo gusto absorberán para no cometer los mismos errores.

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