jueves, 10 de diciembre de 2009

Navidad en México y con deudas para variar




























Me encanta la temporada de navidad, siempre me ha gustado aunque también me provoca cierta tristeza, la cual no lo sé, pero si sé, que es la época que mas une a las familias y a los amigos, por que es una época para dar y para congratularnos con aquellos seres con los que por alguna razón nos hemos alejado. Pero también por que esta temporada es rica en antojos de todo tipo, por las piñatas y por las posadas por supuesto.

Aún recuerdo mi niñez cuando junto con mis padres hacíamos piñatas tradicionales, con papel de china y engrudo, de forma de estrella casi siempre. Me encantaba hacerlas y disfrutar el jolgorio de todos nosotros los niños cuando la rompíamos y el hasta rasparnos las rodillas para atrapar lo más que podíamos; jícamas, limas, cacahuates, dulces de colación y mandarinas quedaban aplastados bajo los cuerpos de los niños más aventados, que como pequeños supermanes se abalanzaban y nos dejaban a las niñas chillando por que no podíamos atrapar nada, salvo una escurridiza jicama que había salido volando por ahí. ¡Ah que tiempos aquellos! Ponche, villancicos, arrullo al niño Dios y pedir posada. ¡Muy lindas las posadas de mi niñez!

También ya de adolescente, las posadas eran una oportunidad de una cita con los amigos, todos juntos por las calles de nuestra localidad para disfrutar las más posadas que pudiéramos, todos como hermanos, disfrutando a morir las delicias del ser adolescente; aprovechar esa gran oportunidad de las posadas que empezaban el día 15 y terminaban un día antes de Navidad, para convivir alegremente y bailar hasta que daban las 12 y corría a casa antes que me cerraran la puerta y fuera víctima de algunos azotes por parte de mi padre, que le enfurecía anduviera fuera de casa tan noche.

¡Que hermosas y divertidas las posadas en mi adolescencia! Bailar y disfrutar también, al son de hermosa música de temporada y hermosas canciones para bailar. ¡Adolescencia perdida que hermoso gozo de la vida!

Pero ahora ya de adultos, lejos de la benéfica protección de nuestros padres que nos resolvían todo o casi todos nuestros problemas, las cosas se presentan de otra manera, ahora somos nosotros los que tenemos que hacer frente a todas esas necesidades de nuestros hijos e intentar colmarlas en lo más que podamos. Pero de cualquier manera al menos en mi caso intento igualmente disfrutar esta temporada navideña pero ahora como adulta. ¡Siguen siendo lindas en honor a la verdad!!Pero ahora llenas de responsabilidades como todo el año!

De esta temporada disfruto mucho los mercadillos navideños, llenos de lindas cosas para adornar nuestro árbol de navidad y nuestras casas, pequeños, medianos y enormes, Santa Clauses de fieltro, hermosos renos, lindas esferas y hermosos arreglos navideños; pero también de ricos antojitos de temporada; el ponche, los dulces, los churros rellenos de deliciosa cajeta, de mermelada de durazo o de membrillo, o de fresa, las papas fritas, el café calientito, y claro las piñatas y toda la cena de navidad y de año nuevo. ¡Humm, que delicias!

La noche de ayer, acudí a uno de tantos mercadillos navideños y me encontré con una escena desoladora, una madre con 3 pequeños hijos, de extracto humilde comprando un pequeña bolsa de papas fritas, las cuales compartieron entre todos en un rincón del mercadillo, mientras los demás disfrutaban, sonreían, compraban algo. Me sentí desolada por esa escena, más comprendí que mucho no podía hacer ya que yo tampoco en esta navidad tendré para vilipendiar, si no para lo más necesario.



Es verdad que esta navidad será complicada para muchos mexicanos. El incremento en ciertos productos ya se dejo sentir por ser así cada temporada. Pero también por que muchos han sido despedidos de su empleo. ¿A cuantos más deudores de tarjeta de crédito esperaremos en nuestro foro para los próximos días?

Un abrazo

1 comentario:

Anónimo dijo...

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