sábado, 5 de diciembre de 2009

Kroketas de mil colores




La vida es complicada por si misma, nos impone retos diarios; los seres humanos tenemos que sortear día a día diversos obstáculos que hacen la vida difícil de vivirla pero es interesante y apasionante también.


El día de hoy se me dio la curiosidad de asemejarla con kroketitas si esas pequeñas bolitas de alimento deshidratado que se les da a nuestras mascotas, algunas las más costosas son de colores muy vivos, rojo, amarillo, verde, las más económicas apenas asemejan el pálido de la carne que ya no es fresca.

Así mismo veo la vida, a veces de un rojo intenso, otro de un verde vibrante, a veces de un amarillo resplandeciente y otras como las kroketitas corrientes de un pálido del color de la muerte.

Y es que sucede que no nos percatamos de ello, muchas de las veces la vida se presenta así de un color intenso, como el rojo mismo y no la disfrutamos. O tal vez así la veo yo, así la considero, ya que intento vivirla lo más vibrante posible, vivirla al momento absorberla toda de un jalón no dejar nada como un famélico canino al que no le han dado de comer en días.

Y es que no es para menos, cuando más hundida me encuentro en los diarios desalientos de la vida que los tengo y muchos también, y cuando siento que el agua me llega al cuello y que soy la mujer más infeliz de la tierra, suceden acontecimientos que por si mismos me dan una bofetada en pleno rostro y me hacen percatarme que mis tristezas no son nada en realidad.

Es cuando siento vergüenza de mi misma y retrocedo y analizo las cosas de nueva cuenta y me armo de valor para no dejarme caer. Los ejemplos de verdaderos desalientos sobrecogen al más fuerte de espíritu. Pero también nos fortalecen. La vida hay que vivirla día a día con intensidad como el rojo de la kroketa más costosa. Por que no sabemos al fin y al cabo si el dia de mañana viviremos.

Mi proveedor de kroketitas, un simpático anciano de alrededor de 75 años, así me lo parecía, vivía la vida de un rojo intenso, ya que me hacia vibrar con sus lindas anécdotas sobre mascotas siempre que a su pequeño negocio acudía, me enternecía la forma tan amorosa con la que preparaba diariamente kilitos o medios kilitos de kroketitas, su dedicación y su amabilidad y su gran amor a la vida.

El negocio se lo habían puesto los hijos para que tuviera en que entretenerse y fue mi proveedor de kroketitas por años, sin embargo en mis buenos tiempos economicos, debo confesar que le fui infiel, ya que prefería comprar bultos en el Sam’s a mejor precio. Sin embargo eventualmente volvia a su pequeña tiendita, llena de remordimientos (y más después de caer en mi debacle económica) en la cual una gatita ruin (su pequeña mascota y única compañera) apaleaba a mis pequeñas mascotas de forma constante, hasta que la última vez le dio tal zurra a mi mascota más pequeña, que jamás ella quiso volver a la tiendita de las kroketas. Le agarro miedo y no se acercaba, prefería esperarme a la vuelta de la esquina, atisbando de vez en cuando al notar mi tardanza.

A mi querido y amable proveedor de kroketitas tal hecho le tenía sumamente angustiado así es que un mal día, decidió deshacerse de su única compañera: su amada gatita de mil colores, así es que a la siguiente ocasión, me recibió jocoso y feliz diciéndome que ya la gatita ruin había al fin desaparecido de su vida. Sin embargo detrás de esa falsa alegría pude notar tristeza. Me dio pena que hubiera tenido que tomar tan triste resolución, a mi me parecía que con tan solo que la guardase mientras tenia abierto el pequeño tendejón, era más que suficiente, amaba de tal forma a la infame gatita que la tenia siempre a su lado libre y le dolia intensamente el tan solo pensar en amarrarla o encerrarla, además la necesitaba a su lado, necesitaba acariciarla, tocarla, cargarla, sin embargo comprendía que la gatilla falaz, le corría a la clientela.

El día de hoy ha fallecido mi querido proveedor de kroketitas multicolores, ya no más Gatina, ya no más Campeón, ya no más Pedigree, murió entre un cúmulo de bolsitas multicolores pero placido y feliz, al fin se ha ido con su amada gatita a la que tuvo que sacrificar un mal día. Estarán juntos hasta la eternidad. Descanse en paz.

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