domingo, 6 de junio de 2010

¿Quien es Martin López?


¿Quién es Martín López?

Así nos preguntábamos en nuestro hogar desde la primera llamada que hicieron a casa, ya hacia dos años, preguntando por un tal Martín López. Habíamos cambiado nuestra línea telefónica hacia ya 6 meses y de repente, Martín López ya vivía con nosotros. Las llamadas preguntando por el eran de antología casi todas eran llamadas hechas por bancos exigiendo que se les pagará a la voz de ya, al principio les explicaba que ahí no vivía un tal Martín López y que en mi vida le había escuchado, a los cobradores parecía no importarles ese hecho y dudaban de mis palabras por que simplemente me decían que debía yo pagar aunque el tal Martín ni le conociera, ante semejante necedad y tontería que escuchaba, deje de hacerles caso y solo les decía que estaban simplemente equivocados, esa estrategia de contestar que era número equivocado me funciono y eventualmente dejaron de marcar con la insistencia inicial.

Sin embargo también llamaban de empresas preguntando por el e incluso sus familiares, recuerdo la de un desconocido que se decía pariente de el y que le urgía comunicarse con el por que había perdido todo contacto con Martín y andaba sumamente apurado por su paradero. Eso me puso a pensar si no era una técnica desesperada de sus acreedores para hacerme caer, y al fin confesar que ese Martín López vivía aquí en mi casa o que era incluso mi marido y yo le andaba escondiendo.

Sin embargo debo confesar que la apuración de su pariente parecía genuina, y me dejo pensativa recordando un caso similar que me había sucedido hacia ya algunos años atrás en casa de mi mamá donde eventualmente regrese a vivir luego de separarme del padre de mis hijas. Una madrugada en la que aún me conservaba despierta ya que estaba cuadrando la complicada contabilidad de mi negocio y que había dejado acumular por decidía y que ya debía tener lista por que era fechas de declaraciones anuales, recibí una extraña llamada…”Llamamos de la Cruz Roja de…para avisar que tenemos a Jorge N aquí mal herido y urge la presencia de un familiar, es realmente urgente el señor se encuentra muy grave.”…yo les conteste entre sorprendida y con los números danzando aún en mi mente…que si $2,000.00 mil de gasolinas, menos $2,000.00 de gastos de representación, que si $300.00 por una reparación a la camioneta…”Que pena señor pero marco número equivocado”…”Que no es el número…5660-9039...?”…”No, no es y lamento mucho que no sea, ojala y logre localizar a sus familiares”…”gracias”.

Nuevamente vuelvo a mis números y la cabeza ya me daba vueltas, no me salían las cuentas y veía yo un saldo terriblemente desfavorable para mi, no pude menos que encogerme de hombros y volver a sumar y restar a ver donde podía yo disminuir un poco el pago de impuestos para ese año cuando el teléfono vuelve a sonar…”Señorita disculpe somos nuevamente de la Cruz Roja y el paciente Jorge N, sigue muy grave, el número que tenemos en una credencial es este el que estamos marcando, necesitamos la presencia de la familia por favor”…le contesto ya muy deprimida por el pobre Jorge N que pensaba estaría muriendo solo y sin nadie a su lado, que en verdad no le conocía en absoluto y que no podía yo hacer mucho por ayudarlo ya que de verdad no sabia quien era él y nadie en casa vivía con ese nombre y le dije mis propios apellidos para tranquilizarlo, estábamos en esas cuando escucho que me pide un momento y regresa al auricular para decirme …”Señorita lamento tener que decirle que al parecer el señor Jorge N, acaba de morir, ya ni modo, muchas gracias por todo”.

En ese momento sentí un apretujón de remordimientos en el corazón y le indico que posiblemente por algún error algún el número que marcaba en la credencial del fallecido había sido cambiado pero que podría vivir por mi zona, le ruego me indique su dirección para avisar a sus parientes. Realmente había tocado mi alma su situación y finalmente comprendí que debía hacer algo por ese pobre hombre del cual me sentía unida en su último suspiro. Sentí en ese momento un impulso extraño de corresponderle aunque nunca le había conocido. Así es que subí a la recamara de mi madre y la desperté y también a mi hermano mayor que por aquellas fechas andaba de “refugiado” en casa debido a una discusión con su esposa, les cuento la terrible historia y ambos acceden a acompañarme a buscar a sus parientes.

Estaban las luces de su casa prendidas en la parte baja, toco el timbre con insistencia y veo descender tras las ligeras cortinas a una persona del sexo masculino en boxers, limpiándose los ojos, era obvio que le había despertado…”¿Quién es?”…nos contesta somnoliento abriendo apenas la puerta de su casa…” ¿Es usted familiar de Jorge N?”…”Soy su hermano, dígame usted”…contesta ya un poco angustiado, le explico la situación y todo lo extraño de la llamada y si me confirma que su hermano es taxista y que no había llegado cuando ya era esperado desde hacia muchas horas por que el trabajaba por mucho hasta las 12.00 de la noche y ya eran las 3 de la mañana, de ahí que las luces se mantenían prendidas para el, para no encontrar su hogar a oscuras.

Le veo triste por las terrible noticia y finalmente me dice que su numero es apenas similar al mío excepto por un solo digito, ahí comprendo el error y la tremenda coincidencia. Fui parte de una terrible tragedia familiar donde un buen hombre trabajador había sido asesinado por un asaltante tan solo para quitarle sus ingresos de ese día. Me sentí triste por Jorge N. Descanse en paz.

Pero volviendo a Martín López, cuya insistencia en ubicarlo como mi pariente por muchas personas que le llamaban, me hacia incluso imaginarme como podría ser físicamente, y llegue a la conclusión que debía ser un hombre de edad mediana o madura pero no un anciano ya que era buscado por empresarios del ramo de la construcción y posiblemente un hombre con una buena capacidad económica venida a menos por supuesto ya que sus deudas eran bastante considerables y con empresas de buen prestigio, según pude constatar y debía ser atractivo ya que incluso recibí llamadas de mujeres que no querían dar muchos detalles pero se escuchaban de voces sensuales y sugestivas.

¿Quién era ese Martín López que no solo huía de sus acreedores si no también de sus obvios amores y familiares? ¿Y si realmente estaba ya muerto como Jorge N? No se contestar esas preguntas lo que si se, es que eventualmente disminuyeron esas llamadas buscándolo y ahora apenas le buscan de vez en cuando. Vaya con Martín López a lo mejor y se encuentra vivito y coleando y rehaciendo su vida con alguna mujer y yo aquí apurándome por él.

Saludos Martín López


Gabby

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