viernes, 22 de octubre de 2010

Adriana muerde el polvo





Adriana bajo del avión y el aire frío le golpeo la cara, rápidamente se coloco la hermosa bufanda roja que contrastaba elegantemente con sus hermosas botas de piel. Tomó un taxi que la llevaría al delicioso Hotel Wellington, en 871 Seventh Ave y 55th Street, precisamente en el centro de Manhattan, el centro de las inversiones mundiales y donde se agolpan los plutócratas y la clase adinerada. Se sentía triunfadora y como no, había nacido en medio de una familia sumamente humilde que había emigrado de uno de los pueblecitos cercanos a la Cd. de Oaxaca y ella había luchado contra la pobreza y contra las adversidades casi toda su vida, hasta que se graduó de la Universidad abierta, donde había estudiado la carrera de economía.

Había arribado a la conocida empresa de inversiones Marsh and Maclennan, un día que vio el aviso en el periódico solicitando a una persona con experiencia en el ramo financiero, la poca experiencia que tenia Adriana, fácilmente la sustituía con gran capacidad, aguda inteligencia y mucha constancia. La aceptaron en el puesto de inmediato por que a Mr. Davis, CEO a cargo del área de finanzas, mas que nada le urgía una persona para volverse a Nueva York, y a ella la había elegido básicamente por su excelente dominio del inglés, le hartaba que no le entendieran, o que medio masticaran su idioma natal…!Ah como sufría Mr. Davis cuando no lograba entender se con sus ayudantes pero llego Adriana con su excelente inglés y simplemente le encanto, ya dejaría de sufrir su oido! Además el tenia mucha aversión a aprender el idioma español, sin embargo más que nada tenia unas enormes ganas de huir de México por que había escuchado y leído tal cantidad de crímenes y secuestros, que realmente le tenia pánico a vivir en esta enorme ciudad, de hecho el había solicitado que no lo enviarán a México, pero ordenes son ordenes. Así que Adriana tuvo mucha suerte en ser elegida y supo aprovecharlo magníficamente. Y Mr. Davis se volvió a Nueva York, desde donde dirigía el área de finanzas en la sucursal en México por medio de Adriana.

Poco a poco se hizo sumamente indispensable en el puesto y llego a ser de todas las confianzas de Mr. Davis al grado de ser su mano derecha y obtener privilegios que Adriana jamás había soñado obtener, excelente sueldo, magnificas prestaciones, viajes recurrentes a la Cd. de Nueva York todo pagado y por supuesto un elegante departamento en Polanco, todo sustentado por la empresa trasnacional.

Sin embargo a pesar de tanto éxito Adriana se sentía sola, sus padres habían fallecido hacia algunos años, su hermana, su único pariente había vuelto a su pueblo natal, donde había conseguido un marido bueno y ahora había vuelto a sus raíces. Adriana detestaba visitarla por que su hermana había vuelto a hablar el chontal, y ella dejo de visitarla por ese hecho, quería modernizarse no quería retroceder, por que a ella eso le significaba volver a la pobreza que tanto odiaba.

Adriana a pesar de todo el dinero que ganaba en la actualidad era extremadamente controlada en sus gastos, era digámoslo abiertamente tacaña hasta el extremo, nunca dejaba propina, buscaba ofertas y difícilmente compraba algún articulo que no necesitara, gracias a su escrupulosa manera de gastar había logrado ahorrar en todos esos años una gran cantidad de dinero, pero también le gustaba alardear entre sus pocas amistades de su gran capacidad para hacer dinero y no pocas veces con claro propósito de presumir y para estar al nivel de sus compañeros de trabajo sacaba como no queriendo su enorme cartera de piel de Gucci, donde coleccionaba toda clase de tarjetas de crédito, las que no rechazaba en cuanto algún banco le mandaba alguna. Pero sin embargo tenía una gran debilidad: todo producto cosmético que la hiciera ser bella.

Y es que parte de la soledad de Adriana se debía a que era una mujer extremadamente fea, ese era su gran handicap que había logrado mantener bajo cierto control durante casi toda su vida, salvo en momentos clave donde su fealdad la relegaban en algunos sentidos, como el no ser solicitada para bailar en las reuniones o fiestas de la oficina, o de cuando acudía con alguna compañera o amiga a algún bar y ella tenia que regresar sola por que la amiga había conseguido compañía masculina y ella no. Eso a veces le pesaba demasiado.

Por eso el día que conoció a Germàn, un guapo recién egresado de la carrera de Finanzas de reconocida Universidad, y que había ingresado apenas hacia unas pocas semanas a la empresa, jamás pensó que ese hombre le voltearía su vida para siempre.

Germàn no pasaba día que no le llevara algún regalo, que el chocolatito, que la manzana, que los dulces, que una rosa; Adriana simplemente estaba conmovida, jamás había recibido tales halagos, salvo en su cumpleaños cuando la gente bajo su cargo y el resto de los compañeros de su departamento le daban sendos presentes. Germàn empezó a hacerse indispensable en su vida sin sentirlo.

Un día Germàn, le dijo con mucha calidez que si podría salir con él a cenar alguna noche. Ella se quedo muda pero no lo dudo, acepto de inmediato. Y esa misma noche fue una de las más felices de Adriana, disfruto su compañía; él era extremadamente simpático, varonil e inteligente, tenía una plática deliciosa y era todo un caballero. Ya para esos momentos Adriana simple y sencillamente estaba enamorada. Por eso cuando Germàn le volvió a pedir salir y se le declaro esa noche, ella estaba conciente de que ya no podría vivir sin él, esa misma noche la consumación de su amor fue el hecho más sublimé en la vida de Adriana, Germàn no solo era un hombre atractivo si no que además era un experto en la cama, y esa noche ella se dio cuenta que estaba simple y sencillamente rendida a sus pies.

Un día, Germàn entro a la oficina y le pidió la autorización de unos cheques, Adriana saco la pequeña llavecita de su cartera y procedió a sacar la chequera de la caja fuerte, mando elaborar los cheques y enseguida los firmo; de todo ello Germàn tomaba nota escrupulosa y no perdía detalle alguno.

Así las cosas y conforme su enamoramiento avanzaba, Germàn empezó a darse total cuenta de cómo manejaba Adriana los caudales de su empresa, pero también poco a poco avanzaba dentro del corazòn de Adriana, hasta el punto que ella simplemente se venció por completo y ya no tenia secretos para él, ninguno ni siquiera en cuanto a los que todo empleado con ética debe mantener hacia su empresa.

Todo eso se le revertiría un día a Adriana cuando llegando a la oficina, la espera el mismismo Mr. Davis en persona, según le dijo nomás llegando su secretaria…”Mr. Davis la espera con urgencia en su despacho”…Adriana se sintió consternada, jamás Mr. Davis le mandaba avisar con la secretaria que quería verla, el era tan displicente, y tan atento que le daba atención personalizada y usualmente el acudía a saludarla a su propia oficina en cuanto llegaba de la Central de Nueva York; ahí ella sintió una especie de alarma por que también ya tenía algunos días que Germàn había solicitado permiso para ausentarse de la empresa por cuestiones personales…”Mi mamá se encuentra enferma y debo estar con ella pero regreso en cuanto se encuentre bien”…le había alegado a Adriana y ella lo entendió perfectamente a pesar de que el no le contestaba las llamadas a su celular, pero pensó que posiblemente debía estar con su mamá en el hospital, allá en Monterrey y le era imposible contestarlas…

Entro a la lujosa oficina de Mr. Davis, el cual ya la esperaba con otras dos personas más, el Lic. Morales, abogado de la empresa y Juan Othòn el contador en jefe, y otra persona de aspecto anglosajón, que le fue presentado en ese momento como asesor especial de la firma en la Cd. de Nueva York.

“Adriana, no quiero saber el motivo pero si quiero solicitarte regreses de inmediato los 5 millones de pesos que hacen falta en los activos de la empresa, de cualquier manera interpondremos una acción jurídica en tu contra pero seremos benignos si vemos ese dinero de vuelta en nuestra cuenta en estos momentos”. Adriana, sintió que el aire se le escapaba, sintió que el piso se le movía,…estaba tan aturdida que pensó que estaba temblando y que el edificio no tardaría en caerse…sin fuerzas se dejo caer en uno de los acogedores sillones Mortòn, que se encontraban a un costado de la entrada de la oficina para tomar aire, no sabia lo que estaba sucediendo, pero algo grave estaba pasando.

“Mr. Davis, no comprendo honestamente lo que me esta diciendo… ¿Cuál dinero he tomado? …”todo esta en orden, todo lo llevo de manera estrictamente correcta”…Mr. Davis simplemente dejo caer frente a sus ojos una carpeta llena de pólizas de cheques, su firma aparecía en una gran cantidad de cheques todos para la misma empresa…”Jamás elaboré tales cheques, debe haber un error, algo raro esta ocurriendo…”….pero Mr. Davis solo hizo una señal, y aparecieron dos guardias de seguridad, que la tomaron de la mano y se la llevaron fuera de la oficina.

Adriana se encuentra presa, pero aún a pesar de todo, su cerebro no lograba comprender todo lo que su abogado le había contado….”Adriana es claro que falsificaron tu firma, sospechamos de Germàn, era de tus confianzas, es claro que es el…”… Adriana lo escuchaba como en un eco lejano, como si estuviera ante una película de trama fraudulento y que esa película se acabaría tan solo apagando el receptor.

“Por cierto otra mala noticia, llegaron los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito y de tus ahorros, Adriana, parece que te vaciaron las tarjetas y….”…Adriana ya no quiso escucharlo más y sólo dijo…” ¿Dónde esta el control remoto, ya no quiero ver esta horrible película?”

Adriana habìa mordido el polvo y de que manera.

Gabby

3 comentarios:

BudmanB dijo...

Gabby... i think you are a beautiful woman...
i don't speak or read Spanish... but it would be great to know you.... BudmanB

Gabby dijo...

Thank you very much Budman, I know some english, but not some much, but we can try.

Cheers :)

BudmanB dijo...

you bet, I will get better... it is my pleasure to know you:-)

Cheers ...

BudmanB